Disciplina Positiva
Desde hace tiempo vengo siguiendo los pasos de Marisa Moya, gran precursora de la Disciplina Positiva en España.
Una frase que pudiera definir la Disciplina Positiva sería: "Cómo educar con amabilidad y firmeza".
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La Disciplina Positiva maneja herramientas que son a la vez amables y firmes y enseñan valiosas competencias sociales para la vida, incluyendo técnicas de aplicación práctica para ayudar a los niños a corregir sus malas conductas y enseñarles a desarrollar su autodisciplina, responsabilidad, actitud colaboradora y habilidades para resolver problemas de la vida. (2015, Marisa Moya)
Se trata de un paradigma que descarta el miedo a la hora de manejar el poder en las relaciones, que descarta los métodos punitivos y que pone el acento en dos grandes fuerzas generativas, inmensas e inagotables en beneficios: la confianza y el afecto.
El problema (mal comportamiento) que nosotros vemos, es la solución que busca el niño a otra cuestión (que no vemos). Los niños no están haciendo las cosas a propósito, están resolviendo una dificultad de conexión o un problema de estrés.
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Los cuatro criterios para una disciplina positiva son:
Sé amable y firme al mismo tiempo, así como respetuos@ y motivador@
Es importante la relación, por lo que hay que ayudar a los niños a ser tenidos en cuenta.
Es eficaz a largo plazo.
Enseña valiosas competencias sociales como el respeto, el interés por los demás, la habilidad para resolver problemas, la responsabilidad así como la participación y colaboración del niñ@.